Crónicas de un caraqueño ordinario
martes, 6 de diciembre de 2011
Este no es un cuento
Poema Angelita
El beso de Clara
viernes, 1 de abril de 2011
Coautoria fonetica
Ay laik tu slap curas
If de mun is fokt op
In de nait de las noches
Juén ay luk at de trok
De paso in texas
Me gustan las birras
Guen ay luk at las putas
Se me para la esquirla
An de tetas de puntas
In san cuasimirla
ólor a sáran
Ay luk at mai gon
Ank wit de presíchon
Of rouches baigón
Ay chuz la bastarda
An pey jer uij ron
Her neim se miolvida
An pley wij la viola
Rockola guid samba
In san aceróla
Selín mis chancletas
Las de mi agüelita
La sucia tomasa
Rodeando la esquina
Apís ov su falda
Dancín in la orina
Gueliendo el polvazo
Vuelvo a la cantina.
Churut y Fractal
domingo, 8 de agosto de 2010
Te de tilo
Romeo el hijo prodigio de la familia de los Capuletos conoció a Julieta, virginaria hereditaria de la familia Montesco, en una fiesta a la que entró coleado después de haber matado al primo de la susdicha, en la cual, enmascarados, se prometieron amor eterno, amor que reiteraron, él bajo el balcón, ella sobre este, ambos ante las fauces de la muerte; ambos protegidos por un cura que, lascivamente, deseaba la unión de los dos jovenzuelos, ninguno pasaba los quince años.
Para ello el padre dio a Julieta un te de tilo que la pondría a dormir “como muerta”, que en el estado mortuorio sus padres la pondrían en la morgue dónde Romeo la rescataría. Te de tilo en la doncella, y con el blackberry en mano, el párroco escribió un pin a Romeo. Su celular estaba apagado.
El prepúbero salió de su casa con el celular de la tía, que tomó por equivocación, dónde estaba claramente escrito en el Facebook de Mercurcio – que le había dicho el sobrino que había visto el pin de Julieta en el celular de la abuela –, “y Julieta no estaba muerta?”. Romeo llama al cuñado que le da el celular del padre, que llama al cura quien le dice que no se preocupe que Julieta lo que fue se tomó un té de tilo que la tiene noqueada pero que esa se está haciendo la muerta para que nadie se entere.
Romeo twittea la vaina que se entera Horacio que va y habla con Sócrates, quien escribe al padre de los capuletos quien inmediatamente va y pregunta qué vaina tienen ustedes con mi hijo, no sea marico nadie, Montesco huevón. Quienes se entran a coñazos en la subida de tazón. Llama la esposa, aparece la guardia, se pelean los novios de las esposas de los respectivos hombres en pugna que de tanto dar coñazos poco estaban en la casa. Los Esposos deshonrados agarran por el pescuezo a uno de los amantes inmediatamente socorrido por el otro. Sacan cuchillos, cargan pistolas, tocan una copla y se arrechan más todavía cuando el maraquero mocho no les sigue la tonada.
Romeo el hijo prodigio de la familia Capuleto sale de la morgue con Julieta la virginaria hereditaria de la familia Montesco, en los brazos. En la radio se oye la historia del homicidio múltiple en la chicharronera de tazón que se vio en la televisión de la panadería donde se tomaron un marrón mientras a Julieta se le pasaba la pea del té de tilo. Ella escribe el último pin con ese blackberry, él anula su cuenta en Facebook.